Unas de las cosas esenciales de un nómada digital es la buena elección de la oficina del día. Te voy a presentar cómo elijo mi lugar de trabajo:
- La conexión Wifi: bueno, puede parecer un detalle, pero tiene su importancia en cuanto necesitas trabajar con Internet. Pero eso depende de las tareas del día que planifico. Porque no necesito siempre estar conectada, si lo que necesito hoy es sólo estudiar, leer un libro, diseñar o editar un vídeo por ejemplo, la conexión WiFi no es necesaria.
- Una buena instalación: una mesa estable, bastante grande que me permita poner mi portátil mientras pueda consumir… y una silla cómoda, porqué sé que voy a pasar un ratito sentada allí… !
- El ruido: no podemos pretender estar en un sitio completamente silencioso (sino, mejor elegir una biblioteca por ejemplo, que un café), pero tampoco es posible concentrarse donde hay demasiado jaleo. El ruido de fondo de las máquinas de café, de los camareros y de los clientes que me permiten trabajar me va
- La música: me gusta la música de fondo, con ritmos lentos (tipo chill, lounge music). Pero si el volumen es tan alto que los clientes tienen que gritar para hablar, provoca un jaleo que no me permite trabajar. Así, siempre elijo sitios que proponen una música lounge de ambiente, no más.
- La luz: me gusta el sol y la luz natural. Así me siento aprovechando del día. Suelo elegir sitios con una buena luz natural. Y si no hay sol, un sitio cuya luz es cómoda para trabajar: no demasiado (no me gustan las luces fuertes), pero tampoco un sitio oscuro.
- La bienvenida a los trabajadores digitales: sé que no estoy en un coworking o en una biblioteca, sino en un negocio de consumición. Pero valoro mucho la manera de atender de los camareros cuando saco mi portátil. Hay que entender que no estamos en una biblioteca, entonces siempre consumo algo pero tomando mi tiempo mientras trabajo. Valoro los sitios donde los camareros no me ponen el estrés de consumir rápido e irme. Que te quitan el vaso a penas lo has acabado y que te preguntan si vas a consumir más.
- Enchufes: bueno, no es esencial pero puede salvar la vida (si has llevado tu cargador). Pero tampoco uso mucho, ya que antes de salir de casa, suelo llevar el portátil con la batería completamente cargada. A veces tampoco me llevo el cargador, para sentirme más ligera y cuando se acaba la batería: es la hora de descansar (sí, que hay que descansar !)
- El precio de la carta: bueno, no pretendo no gastar nada de dinero, pero suelo elegir sitios con precios moderados o bajos, así me permite consumir más, quedarme más tiempo. No quiero gastar más que lo que me gastaría con una jornada en un coworking.
- La calidad de la carta: claro, lo que vamos a consumir, lo vamos a comer (o beber). No se trata de buscar el mejor restaurante Michelin, pero tampoco quiero comer mal.
- La seguridad: ya que llevamos objetos con cierta valor que vamos a sacar en público (un portátil, un móvil…), es importante no sentirse estresado a mirar cada segundo si no desapareció si giramos la cabeza. Está claro que no hay que provocar el robo, dejando nuestras cosas en la mesa mientras damos una vuelta, pero es muy importante sentirse en seguridad.
En cambio, así me comporto para dejar una buena imagen y volver sin problema en mis sitios preferidos:
- Seguir consumiendo, aunque consume lentamente, pero siempre me aseguro pedir con una frecuencia regular. Tampoco me estreso si me doy cuenta de que ya no tengo nada sobre la mesa, pero intento transmitir a los camareros que estoy “aquí para trabajar MIENTRAS consumo”
- Cambiar de sitios, alternar: No ir todos los días al mismo sitio, porque no quiero que se cansen de mí. Vuelvo de vez en cuando, así que me puedan identificar, pero tampoco quiero que me identifiquen como la “pesada que siempre monopoliza todo el día una mesa”
- Una sonrisa: no cuesta nada ser un cliente agradable…
- Inteligencia de negocio: sé que no voy a consumir rápido y mucho. Pero sé que estoy en un negocio. Así que si me doy cuenta de que hay clientes fuera esperando a que se libere una mesa, no espero a que los camareros se pongan nerviosos. Si me doy cuenta de que el sitio está lleno (sobre todo a la hora de comer), acabo mi tarea y me voy. O dejo mi portátil y pido un menú, como los clientes de “pasaje”
- La propina: siempre dejo propina. No hay un porcentaje definido, pero me aseguro siempre dejar propina un poco más que un cliente básico hubiera dejado. Así demuestro que sí, me gustó el sitio, y me gustó que me dejasen usar las instalaciones sin quejarse, sin molestarme, sin estresarme